martes, 3 de junio de 2014

Voces del baloncesto femenino en España: Ainara Ramasco y Miren Agirregoikoa (Segunda parte)

Por Tamara Lucarini
Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración (EHU/UPV)
Master en Estudios Feministas y de Género (EHU/UPV)

Por Carlos Pulleiro
Investigador pre-doctoral en Estudios Internacionales (EHU/UPV)


Situación económica del baloncesto femenino (continuación)
El sacrificio y el amor al deporte es lo que hace que las jugadoras continúen. Ainara recuerda, “el año pasado que íbamos a jugar por ejemplo a Barcelona -ir, jugar y volver en una furgoneta- era una paliza. Las americanas se sorprendían: «¿8 horas en una furgoneta, juego y luego vuelvo?» Igual alguna lo rechaza pero aquí no se ha dado”. Miren recalca que “ahora, tal y como están las cosas, las jugadoras miramos más si se nos paga a fin de mes que las condiciones de viaje o la comida -un bocata en lugar de un menú-. Lo haces, te molesta en el momento pero lo haces, preferimos cobrar a fin de mes. Pero no solo nosotras sino todo el mundo”.
Y es que no se puede obviar que la crisis ha afectado enormemente al mundo del deporte, especialmente al femenino, como muestra la desaparición del Ros Casares en 2012 (el equipo de baloncesto femenino más laureado de España, ganador de 8 de las últimas 12 ligas que disputó y que en su último año se alzó con la Euroliga). “Un equipo referencia para muchos clubs desaparece cuando ha quedado campeón de Europa. Que desaparezca un club así y que nadie haga nada para que no desaparezca...” Ainara lo compara con la situación del Bilbao Basket donde “la Diputación ha hecho todo lo posible para que no desaparezca. Sí que se ve diferencia, pero en general ha bajado todo. Hay muchos equipos que no pagan, jugadoras que se van de equipos sin haber cobrado lo que se les debe.”
Ambas recalcan que a diferencia de otros países, en España “económicamente el baloncesto femenino está muy mal. Hay jugadoras que están jugando sin cobrar”. Mientras, en Turquía o Corea del Sur las jugadoras gozan de una situación privilegiada: “Las noticias que tenemos -sobre una ex-compañera- es que le suben el desayuno, la comida, lo que quiera al apartamento. Tienen un apartamento para ellas solas, un chofer, el sueldo es 10 veces más de lo que cobraba aquí. Al final claro que se ven diferencias, mucha gente se está yendo a jugar allí”. La emigración deportiva femenina no es exclusiva del baloncesto, también sucede en el futbol o en el balonmano, por ejemplo.
No obstante, las dificultades no son las mismas para todos los equipos. Dentro de la lógica competitiva los que más destacan suelen ser aquellos que más presupuesto manejan. Así, frente a los aproximadamente 200.000 euros de presupuesto del Ibaizabal de esta temporada, el Perfumerías Avenida de Salamanca cuenta con el doble, en torno a los 400.000-500.000€ y que es solo la mitad de los 900.000€ de presupuesto de la temporada anterior. Así, la crisis está generando una igualdad económica a la baja en los equipos y a pesar de esta tendencia, las jugadoras del Perfumerías o el Rivas Ecópolis de Madrid (reciente campeón), continúan cobrando más que las jugadoras mejores pagadas de la gran mayoría de los equipos de la liga.
En estas dificultades económicas tampoco hay que perder de vista que el baloncesto es uno de los deportes que cuenta con más seguidores en el Estado, por lo que dentro de la discriminación hacia el deporte femenino el baloncesto no sale tan mal parado. En este sentido Miren recalca que “puede haber una gran espadachina, pero estoy segura de que no va a tener las mismas oportunidades, ni el tirón que vayamos a tener nosotras. En el masculino hay diferencias entre deportes, en el femenino también”.

Miren Agirregoikoa (de rojo), autor: Carlos Bernad

Responsabilidad ante la desigualdad en el deporte
El Ibaizabal femenino, que también cuenta con secciones masculinas, se establece como la punta de lanza del club y reciben un trato como tal. El equipo masculino es consciente de que están en una categoría inferior. “Es una realidad, no es que estemos en la misma categoría y se nos apoye más, es que por narices tenemos que tener más apoyo nosotras. Nos llevamos muy bien, algunos chicos vienen a entrenar con nosotras”.
En el baloncesto esta situación es excepcional, ya que solo el Sedis Basquet cuenta también con categorías de ambos sexos, y en la ACB los equipos no cuentan con secciones femeninas en sus organigramas, lo cual contribuye a distanciar aún más la liga masculina y la femenina. Como se ha expuesto recientemente en un artículo de Ana Requena[1], el Real Decreto de Federaciones Deportivas de 1991 afirma que "no podrá existir más que una liga profesional por cada modalidad deportiva y sexo en el ámbito estatal". Es decir, que se anula la posibilidad de que exista una liga profesional por cada sexo, primando las ligas masculinas y dejando en la cuneta a las femeninas, en la que las garantías para con las jugadoras son claramente inferiores.
Ante la ruptura entre el deporte femenino y masculino en todos los niveles (normativa, económica, mediática…) es necesario plantear quién ha de contribuir a remediar esta situación. En primera instancia las federaciones deportivas que deberían ser las principales interesadas e impulsoras de las medidas para favorecer la igualdad en el deporte, no se implican adecuadamente en promover el deporte femenino. Por ejemplo en el baloncesto, económicamente lo primero de todo es el aval a pagar para la federación, siendo ésta indiferente ante las deudas que puedan tener esos clubs con las propias jugadoras o las agencias de viajes.
Asimismo, el Real Decreto de 1991 que condiciona la profesionalización del deporte femenino, no tiene una contestación activa por parte de las propias federaciones. Tampoco es equiparable la promoción o difusión del deporte femenino al masculino. En Euskadi, por ejemplo, se ha podido ver cómo la sección masculina se marchaba a jugar a Argentina en 2011, mientras la selección femenina se quedaba en el Estado español tras prometerlas un viaje al exterior. Las jugadoras evidentemente protestaron y el año pasado acabaron disputando un partido en Senegal.
Pero la desigualdad en el deporte no es un asunto exclusivo de las federaciones. La capacidad de obligar a éstas a aplicar políticas deportivas de igualdad reside también en los poderes públicos y no se está viendo ninguna voluntad al respecto. Tampoco estos organismos ejercen su papel de difusión al ignorar los medios de comunicación públicos la existencia del deporte femenino, que no rompe con el “TV Sport System” del que se ha hablado en la primera parte del artículo. El manejo de los horarios y la cobertura en los noticiarios y programas deportivos públicos continúan con el arrinconamiento mediático del deporte femenino al igual que sucede en las cadenas privadas.
En definitiva, los medios de comunicación del Estado no ejercen la función de servicio público al cual están destinados. Ainara comenta al respecto: “Al final es lo de siempre ¿Cuánta gente ve un partido de baloncesto femenino y cuánta ve un partido de ACB? Mucha gente lo hace -ver baloncesto femenino- y por ello estamos aquí, pero ¿Cuándo lo dan? Es todo dinero por el que se vea más el futbol masculino ¿Cuándo lo dan? Pues un viernes o un sábado a las 8 de la tarde. Femenino, un domingo a las 12 de la mañana”.



[1] http://www.eldiario.es/economia/Jugadoras-primera-trabajadoras-segunda_0_236226540.html

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