domingo, 23 de junio de 2013

Segundo “ismo”: el sexismo en las instituciones educativas

Por Nerea Azkona

El sexismo es un mecanismo de poder que ejerce un colectivo humano sobre otro por razón de su sexo. Victoria Sau en su obra Diccionario Ideológico Feminista de 2002 lo define como el conjunto de métodos empleados en el seno del patriarcado para poder mantener en situación de inferioridad, subordinación y explotación al sexo femenino.

Esta discriminación por razón de sexo abarca todos los ámbitos de la vida, y de forma muy concreta el educativo, esfera en la que se reproducen y enseñan roles de género y donde muchas discriminaciones están institucionalizadas (las sexistas y las racistas, por ejemplo).

Reflexionemos sobre algunos datos en el Estado español:

1. Los cargos de responsabilidad, representativos y de decisión en manos de mujeres.

La enseñanza es uno de los sectores más feminizados. A pesar de que la proporción de alumnas va aumentando, sobre todo en el ámbito universitario, la cantidad de profesoras disminuye en los ciclos superiores y en los cargos jerárquicos mejor remunerados.

a. Cuanto más alto es el nivel educativo (estudios secundarios y universitarios); menor proporción de presencia femenina en los puestos de dirección (directoras, rectoras, decanas,…)

En Educación Infantil y Primaria, la que abarca desde los 3 a los 12 años, las mujeres representan el 77% del profesorado, pero sólo el 45% de ellas son directoras de los centros educativos. En secundaria (Educación Secundaria Obligatoria (ESO) más Bachiller), el 53% de la plantilla son mujeres, pero sólo hay un 25% de directoras.

Del mismo modo, observamos que las Inspectoras Educativas, no llegan al 25%. Además, el Consejo Escolar del Estado sólo cuenta con un tercio de mujeres entre sus miembros.

En la Universidad las mujeres son el 54% del alumnado; sin embargo, sólo representan el 35% del personal docente y tan sólo el 13,8% son catedráticas.

b. La representación de las mujeres en los equipos de dirección no es proporcional a su presencia como docentes en todos los niveles educativos.

Los hombres estaban en 2004, en mayor medida, al frente de la dirección de los centros, de la jefatura de estudios y de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPA). Como dato curioso hasta hace muy poco esta asociación, a pesar de la participación residual de los padres, se llamaba APA (Asociación de Padres de Alumnos). Hace algunos años que se incorporó en el nombre el colectivo que ha llevado esta asociación durante mucho tiempo a pesar de no estar en la dirección en multitud de casos.

2. El estudio de carreras vinculadas al ámbito de la reproducción y del cuidado.

Según los datos de la Estadística de la Enseñanza Universitaria en España, del INE, durante el curso 2010/2011 se matricularon 1.455.885 de alumnos/as en estudios universitarios de grado y de primer y segundo ciclo, lo que supuso un 3,1% más que en el curso anterior. De esta cifra, 785.157 eran mujeres, lo que representó el 53,9% del total.

Del mismo modo, un total de 220.583 alumnos/as completaron sus estudios universitarios en 2011, de los cuales, el 58,6% eran mujeres.

Tradicionalmente las jóvenes han optado (¿libremente?) por estudios relacionados con profesiones consideradas femeninas. En este sentido:

- Existe una mayor presencia de mujeres en la Formación Profesional (FP) de las ramas administrativa, sanitaria, asistencia a personas dependientes, turismo, peluquería…

- La proporción de mujeres en estudios superiores universitarios como Magisterio, Enfermería, Trabajo Social, Medicina… es mayor que en carreras técnicas.

Ante esto, nos podemos preguntar:

- ¿Existe una relación entre la orientación y la motivación que han recibido las mujeres en las escuelas o se han tenido en cuenta, exclusivamente, sus capacidades a la hora de orientarse hacia estas profesiones?

- ¿Podrían las niñas, adolescentes y jóvenes estar siendo condicionadas por otros elementos como los roles de género y los estereotipos?

3. La brecha salarial de género y su relación con el nivel de estudios.

La brecha salarial de género se define como la diferencia relativa que existe en la media de los ingresos brutos por hora, de mujeres y hombres, en todos los sectores de la economía. Por término medio, las mujeres de toda Europa ganan alrededor de un 17% menos que los hombres. En el Estado español el dato se eleva a un 22%.

Si relacionamos la brecha salarial de género con la variable nivel de estudios, se pone de manifiesto que la diferencia salarial aumenta conforme la preparación de la empleada es mayor.

Así, mientras el porcentaje de la diferencia en personas sin estudios o con educación secundaria es del 17,7% y del 25,3%, respectivamente, esta cifra es mayor en el caso de personas con una titulación de formación profesional de grado superior (26,7%) o con licenciatura universitaria o doctorado (30,3%).

Como se dice por estos lares: ¡Jódete y baila!

Para saber más:



Las Mujeres en el Sistema Educativo II. IFIIE e Instituto de la Mujer. 2009.

Estadística de la Enseñanza Universitaria en España del Instituto Nacional de Estadística (INE)


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