lunes, 3 de marzo de 2014

La (re)apertura de viejas rutas migratorias de África hacia Europa: ¿casualidad o causalidad?

Por Nerea Azkona

Por desgracia los acontecimientos que estamos viviendo en la frontera entre África y Europa (en este caso en la del Estado español; en otros, en la del italiano) ya han sucedido antes. Parece que estamos condenados a ver repetidas las mismas imágenes cada cierto tiempo. 

Y todo es igual: las personas que intentan cruzar la frontera y sus muertes, la brutalidad policial, el sensacionalismo por parte de los medios y las declaraciones cínicas de ciertos políticos. 

Y todo sigue igual: mientras los Estados juegan al Juego de Tronos con acuerdos y tratados de oficina, hay personas que mueren.

¿Casualidad o causalidad? Estos mortíferos “Días de la Marmota” que vivimos en las fronteras españolas son causa y consecuencia de tratados, convenios y acuerdos que se toman en despachos y que sufre la ciudadanía, en este caso la africana.

Hagamos memoria. 

Hace unos años las relaciones oficiales entre el Estado español y algunos países de África Occidental se reforzó en materia de cooperación al desarrollo. Durante 2006, 2007 y 2008 se llevó a cabo el I Plan África, marco de acción, gracias a su Objetivo 3, de seis acuerdos “únicos en su especie” llamados acuerdos de nueva generación, acuerdos de segunda generación o acuerdos marco de cooperación en materia migratoria.

Estas políticas públicas y acuerdos bilaterales entre el Estado español y los países de África Occidental han sido relevantes ya que esta época coincidió con un aumento de los flujos migratorios provenientes de dicha región. Al igual que está pasando estos días, los medios de comunicación se hicieron eco de este aumento dando una imagen de avalancha que no correspondía en el aquel momento, ni corresponde actualmente con la realidad. 

A causa del tratamiento al que han sometido los medios a estas personas que querían cruzar la frontera sur del país, en 2006 se produjo la llamada “crisis de los cayucos”, que junto con las muertes que el año anterior tuvieron lugar en la frontera hispano-marroquí, fueron el motor del I Plan África.

No obstante, la llegada de embarcaciones a las Islas Canarias y su evolución, que comenzó en 1994 en Fuerteventura y se consolidó en el verano de 2006 con la citada crisis, no se debe tan sólo a causas de pobreza. Existen otros tipos de factores estratégicos que incidieron en el fenómeno.

En el año 2005 las autoridades gubernamentales españolas llegaron a un acuerdo con las marroquíes en cuestión de repatriaciones y control fronterizo, lo que produjo una reducción del número de pateras que llegaban a las costas andaluzas y un incremento en el arribo de cayucos a las Islas Canarias. A esta cooperación bilateral habría que añadir la puesta en marcha y posterior ampliación del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) que funciona en el Estrecho de Gibraltar.

Por estos motivos el origen de las salidas pasó de Marruecos a Mauritania, país con el que el Estado español también reactivó un acuerdo en 2005 en el que se contempló la repatriación de inmigrantes mauritanos y de otras nacionalidades que hayan hecho el tránsito por el país, así como el equipamiento técnico y formativo de las fuerzas mauritanas de control de fronteras, lo que produjo que las rutas hacia Europa descendieran más hacia el sur, convirtiendo a Senegal y Cabo Verde en dos de los principales países de salida. El Estado español negoció distintos acuerdos con estos países, entre ellos uno de nueva generación y otro de control fronterizo con Cabo Verde. Con Senegal no lo consiguió. A pesar de ello, las repatriaciones de ciudadanos senegaleses hacia su país de origen han sido de las más numerosas.

Esta ¿coincidencia? entre el aumento de los flujos migratorios afro-europeos y el incremento de los fondos de la cooperación euro-africana deja al descubierto como los sucesos que ocurren en la frontera no es una cuestión de azar o libre albedrío. Las estrategias, condicionantes y decisiones políticas tienen mucho que ver en el devenir de personas que sólo buscan una alternativa mejor, sin saber que muchas de ellas mueren en la travesía o en la llegada a causa de la acción policial. Es la importancia estratégica y no los derechos humanos lo que marca el destino de muchas actuaciones que engloban a ciertos países y, por desgracia, a sus ciudadanos y ciudadanas.

A día de hoy, la Ruta del Oeste, la de los cayucos de África Occidental hacia las Islas Canarias, está casi cerrada. Por una parte, los flujos de inmigración han ¿optado? por elegir otras rutas con ¿puntos más débiles? en el dispositivo fronterizo que ya se estaban utilizando antes de 2006, como son otros puertos de la península o las vallas de Ceuta y Melilla. Por la otra, detrás de estas cifras, se esconden los datos de los que han muerto en la travesía, que cada vez es más complicada. 

Por lo tanto, se cierra la Ruta del Oeste y el Estado español se apunta un tanto. ¡Esto no es efectividad del sistema de control de fronteras! 

Y la historia se repite y parece que se volverá a repetir hasta que dejen de tratar el tema de manera superficial dejando las responsabilidades en otros estados y se tomen medidas basadas en el respeto de los derechos humanos y no en las necesidades de estos… Y Europa, ¿dónde está?

Referencias:

CARBALLO DE LA RIVA, M., 2009. Migraciones y desarrollo: la incidencia de África subsahariana en la agenda política. Documento de Trabajo nº 13. Madrid: Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC) y Universidad Complutense de Madrid (UCM).


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported. BlogESfera. Directorio de Blogs Hispanos