Por José Mansilla
Miembro de l'Observatori
d'Antropologia del Conflicte Urbà (OACU)
Universidad de Barcelona
¿Qué ha pasado con el 15M dos años y medio
después de su llamada a la “toma de los barrios”?, ¿qué efectos ha tenido esta
descentralización del movimiento en torno a gran número de nuevas plazas?
Ciertamente el 15M no se encuentra hoy en día ni en las agendas ni en las
primeras planas de los medios de comunicación de mayor proyección e influencia
en el conjunto del Estado. Por no encontrarse, no se encuentra siquiera en el
interés general de la población, centrada mayoritariamente en sobrevivir a la
impenitente crisis que nos afecta desde hace ya casi un lustro. Olvidados
están, también, movimientos de similares características, como Occupy Wall Street o los okupas de la Plaza Taksim, por
no hablar de los protagonistas de las llamadas “Primaveras Árabes”. Como decía
Manuel Delgado en una entrada de su blog de mayo de 2011:
(…) mi intervención es advertir del peligro de que, en
efecto, la gran movilización en marcha (…) devenga un ejemplo de este tipo
de grandes convulsiones colectivas [tan potentes como efímeras] inspiradas y
orientadas por lo que en la práctica puede ser una mera crítica ética del orden
económico y político que padecemos (…).
Y la anunciada convulsión efímera ocurrió.
Así, es posible que uno de los factores más
importantes para explicar el por qué de esta “brevedad efervescente” sea su
caracterización como movimiento social, o incluso como “novísimo movimiento
social” con especial atención a su estructura y sistema de toma de decisiones,
factor que ha ocupado gran parte de la atención de las ciencias sociales,
olvidando su relación con el conflicto y las luchas por la ciudad. Esto vendría
a explicar quizás por qué el 15M no sigue presente en nuestro día a día, aunque
sí lo están parte de sus herederos y la influencia de sus antecesores, como la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), el movimiento de las Corralas en
Andalucía o las asambleas sociales que permanecen en muchos de los barrios y
ciudades a lo largo y ancho del Estado.
Es cierto que el 15M mantiene muchos de los
elementos que configuraron a los nuevos movimientos sociales cayendo, en
ocasiones, en un programa marcadamente “ciudadanista”, o como decía Manuel
Delgado, de “(…) mera crítica ética del orden económico y político que
padecemos (…)”. Sin embargo, como novedad podríamos afirmar que
quizás sus herederos se muevan en torno a elementos que entienden la ciudad
como “fábrica social”, esto es, la ciudad como lugar donde se manifiestan las
relaciones de producción y reproducción, olvidando el perfil “ciudadanista” y
realizando okupaciones de propiedades públicas y privadas, o poniendo en marcha
proyectos que priman el valor de uso sobre el de cambio, como huertos urbanos o
centros sociales.
Así que si volvemos a la pregunta inicial,
¿qué ha pasado con el 15M?, ¿qué papel está jugando hoy día?, podríamos
encontrar la respuesta en la intervención que realizan sus herederos en las
luchas contra las dinámicas de explotación, las cuales no se dan únicamente en
el lugar de trabajo, sino también en el medio de reproducción que es la ciudad,
apuntando, como señalan tantos autores, que la ciudad es el espacio de y para
el conflicto.
Referencias
El peligro ciudadanista. Blog de Manuel Delgado
(21/05/2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario